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En la lectura “The Soft Umbrella Diagram” Peter Eisenman estudia y discute el edificio Peter B. Lewis de Frank Gehry. Eisenman, elige este proyecto porque innova en cuanto a arquitectura se refiere, específicamente “desplantando un estado original y precedente” (p. 257) llegando a ser un canon de la arquitectura. Así mismo, analiza con ayuda de las investigaciones de forma realizados por Gehry, comparaciones históricas con el Museo de Altes de Karl Friedrich Schinkel, para desentrañar los planos y axonometrías de la construcción.
En primer lugar, Eisenman referencia a Greg Lynn y su “Embryological House,” quien afirma que es posible usar un diagrama que no requiera de una condición inicial, desplazando la idea moderna de que la forma se sustenta en módulos a una donde se sustenta en iteraciones potencialmente ilimitadas derivadas de una forma básica, o “primitiva”, por medio de logaritmos y procesos digitalizados. Eisenman toma a Lynn como punto de referencia, ya que es esencial diferenciar la obra de Gehry de lo digital a lo analógico, y cómo Gehry se sitúa en un punto intermedio, en el cual sus diagramas se desarrollan de forma análoga, por ejemplo, con bocetos a mano y modelos de estudio para posteriormente pasar a modelos digitales, y es esta especificación la que probablemente convierte a la obra de Gehry en algo icónico y se encuentre en el “campo de lo fenomenal” (p. 258).
Por otra parte, Eisenman relaciona a Gehry con la definición de Mies del “diagrama de la sombrilla” también denominado “la sobrilla suave” dado que es similar a “un paracaídas o una servilleta” que se asienta de diferentes formas sobre una estructura y espacio determinado. De esta forma, el diagrama dependerá de la estructura del techo y el impacto del techo en la sección, donde el proceso de concepción en analógico para luego pasar a la digitalización.
Otra característica relevante, son las condiciones originarias de la obra de Gehry, el autor lo compara con un antecedente histórico como es el Museo de Altes de Schinkel. Él menciona que “Gehry utiliza la planta clásica como un ideal a priori que evoluciona en vertical y, al mismo tiempo, desafía la idea de una extrusión en sección implícita en la planta clásica.” (p. 259). Afirmando así que el Museo de Altes es un prototipo histórico, no obstante, pese a que la composición se asemeje, la obra de Gehry pasa por un proceso de digitalización donde se da un cambio a través de la corrupción y erosión de la extrusión y la sección de la composición clásica, algo que no hubiera sido posible sin el uso de métodos analógicos, y esto allí donde radica la diferencia de la obra de Gehry en comparación a la propuesta de Lynn.
Así, Eisenman explica la evolución de su obra por medio de los proyectos de Gehry, quien empieza con organizaciones ortogonales, antecedentes históricos y figuras biomorficas que se complementan con la exploración digital, demostrando la tensión entre los diferentes elementos. Asimismo, se recalca el del papel de lo análogo y la exploración de la forma desde los bocetos a mano, los cuales poco a poco “desvanecen” la verticalidad y la relación con el plan inicial. Entonces “podría considerarse una crítica subliminal involuntaria a un antecedente histórico” (p. 264) . Además, el autor menciona que “Históricamente, todo cambio de paradigma comienza con la negación del antecedente como un agente necesario” y agrega que los cambios en los conceptos dan paso a reconfigurar el canon.
A modo de conclusión, es increíble contemplar las transiciones de la obra de Gehry desde la sensibilidad, cómo lo son los métodos analógicos, que después pasarán por digitalización para convertirse en una realidad, y que esta transformación se ejecuta sin perder la esencia del arte. Asimismo, se genera la discusión de creación vs evolución, ya que al comparar la obra de Gehry con la de Schinkel, se evidencia que no necesariamente surgen de la misma base, a pesar de que sus obras tienen un referente histórico, lo que puede ser casualidad o en palabras de Eisenman “una crítica subliminal involuntaria” que consigue llevarlo al mundo de lo sublime. Finalmente, es claro que la obra de Gehry no es algo casual, puesto que se dio al margen de una investigación exhaustiva de la forma, la cual logra romper los ideales previamente concebidos y convertirse en un canon de la arquitectura.
Referencias
Eisenman, P., Lourie, A., Harrison, A. L., & Allen, S. (2008). Ten Canonical Buildings 1950–2000. Penguin Random House.
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